lunes, 27 de febrero de 2012

La verdad (o no) de la historia

    Para la próxima sesión (8 de marzo, 1º B y 9 de marzo, 1º A) debéis leer los capítulos que faltan de la primera parte (XLVI-LII) y los capítulos II, III, X, XIV, XV y XVII de la segunda.

Un final en falso

   En los últimos capítulos de la primera parte se produce la derrota aparentemente definitiva de don Quijote gracias a un ardid del cura apoyado por el resto de personajes nobles y por el que evitan que sea prendido por los cuadrilleros de la Santa Hermandad. A pesar de ser supuestamente en su beneficio (no va legalmente preso) la situación es muy denigrante y don Quijote vuelve deshonrosamente a su pueblo.

Una nueva salida

   Pero sorprendentemente este final no cala en el ánimo del personaje ni en el de Sancho. Ambos pretenden volver a salir en busca de aventuras. Las razones de don Quijote están claras, pero las de Sancho son un tanto paradójicas: el lector empieza a darse cuenta de que Sancho pone como excusa el dinero y las recompensas pero ya no piensa solo en eso.

Un nuevo personaje

   Sansón Carrasco, bachiller en Salamanca y vecino del pueblo de los protagonistas, va a convertirse en un personaje de cierta importancia en esta segunda parte, por encima, por ejemplo, del cura y el barbero. Su nombre es irónico y el personaje en realidad supone una ridiculización de aquellas personas que, aun con pocas luces y estudios, presumían de cultura y de mundo ante los demás. 
   Su aparición le permite al narrador introducir una de las más curiosas y novedosas invenciones de esta segunda parte: los Sancho y Quijote "reales" descubren que son los protagonistas de un libro en el que se cuentan sus aventuras. Ahora son personajes de novela dentro de una novela y son conscientes de ello, como lo serán también algunos de los que se vuelvan a encontrar por los caminos, que los reconocerán.
   Han pasado diez años de la publicación de la primera parte (1615) y Cervantes conoce las críticas y la repercusión que ha tenido su libro (capítulos II y III), así que el narrador se permitirá de vez en cuando jugar con esas alusiones, más aún a la altura en que fue publicado un Quijote apócrifo. Jamás hasta entonces en una obra las críticas habían servido como pretexto para el argumento de una ficción.

   Aquí están las preguntas para comentar:
  1. Tanto en el capítulo XLIX de la primera parte como en el III de la segunda se habla de las diferencias entre la ficción (o la poesía) y la historia. ¿En qué se basaba en aquella época esa distinción y qué error supone mantener el criterio de don Quijote?
  2. ¿No resulta algo extraño el comportamiento de Sancho en el último capítulo de la primera parte (LII)? ¿Por qué?
  3. En el importantísimo capítulo III Sansón Carrasco le cuenta a don Quijote cómo es el libro que narra sus aventuras. ¿Qué piensas de las críticas que le hacen, de sus virtudes y defectos?
  4. ¿Cómo son las dos nuevas victorias de don Quijote (XIV y XVII)?

lunes, 13 de febrero de 2012

La casa de tócame Roque

   En esta web se explica que "la casa de tócame Roque" es aquella "en que reina la confusión y hay con frecuencia alborotos y riñas". Si titulo así la entrada es porque la mayor parte de los capítulos de esta parte de la novela transcurren en la misma venta que aparecía en algunos anteriores (XVI-XVIII) y ocurren en ella tal acumulación de despropósitos, peleas, desaguisados y encuentros inverosímiles que bien se le puede aplicar el dicho.
   A esta altura Cervantes se sale del esquema inicial de la obra e introduce novedades interesantes:
  • Los protagonistas dejan los caminos (cap. XXXII) para quedarse alojados en la venta. Esta, cumpliendo con su función de posada y restaurante resulta estar concurridísima, prácticamente abarrotada, y casi todos los personajes que allí van apareciendo acaban conociendo (para bien o para mal) a don Quijote y sus acompañantes.
  • Así parece que, si bien al principio don Quijote buscaba las aventuras, ahora las aventuras vienen a él.
  • El autor intensifica el juego metaficcional (historias que se mezclan con historias, ficciones que incluyen otras), ya que muchos de los personajes que aparecen (Luscinda, Dª Clara, el cautivo...) cuentan lo que les ha ocurrido a los personajes que ya conocíamos (Cardenio, Dorotea, el cura, Sancho...), que a su vez formaban parte de otras historias, están fingiendo no ser quienes son (como Dorotea convertida en reina Micomicona o el mozo de mulas) o aparecen formando parte, sin que lo sepamos, de nuevas historias. El nivel alcanzado por este juego de narradores y personajes es, desde luego, inédito, y será uno de los aspectos más elogiados y más tenidos en cuenta por la crítica posterior.
  • Ahora que se detiene el vagabundeo de los protagonistas cobra interés la posibilidad de que vuelvan a aparecer personajes de otros capítulos: el mozo Andrés, el barbero propietario del baciyelmo, la familia del ventero, Maritornes... Luego no solo se relaciona la acción principal con otras ficciones sino también con episodios anteriores que parecían resueltos.
   Quizá buena parte del origen este tremendo cruce de personajes e historias en un simbólico cruce de caminos esté en que Cervantes se ha percatado de que:
  • En una verdadera novela (moderna, tal y como ahora la concebimos) cualquier acción paralela a la principal tiene cabida, incluso si ya estaba escrita antes (como las del cautivo y el curioso impertinente, supuestamente redactadas por él años antes). 
  • Su narración no encaja en ninguna de las categorías de la época, así que puede modificar la trama y su desarrollo a su gusto. Las posibilidades, como estamos comprobando, son infinitas.
  • Y, como habíamos comentado en clase, el que don Quijote y sus acompañantes sean los primeros oyentes, lectores o testigos de las historias que van surgiendo los convierten en personajes mucho más "reales" (creíbles) a ojos del lector, ya que son los otros (Cardenio, el cautivo, D. Luis...) los que, literalmente, viven vidas de novelas (estas sí en el sentido de la época: historias de ficción, normalmente poco verosímiles).
   Habrá que prestar especial atención, pues, a la identificación de los personajes y la distinción de sus historias con sus conclusiones "en vivo y en directo", ya que el resultado es ciertamente enrevesado.
   
   Para el día 23 de febrero (1º B) y el 27 (1º A) debéis traer leídos y anotados los capítulos XXIX-XXXII, la primera parte del XXXV, antes de que los personajes sigan leyendo la "novela del curioso impertinente" (que ocupa la segunda mitad y los dos capítulos anteriores y no es necesario que leáis); XXXVI-XXXVIII y XLII-XLV. Puede parecer un poco lioso, pero en realidad se trata de leer los capítulos XXIX-XLV saltándose las historias intercaladas del curioso impertinente y el cautivo. El número de páginas resulta similar al resto de sesiones. 
   Como siempre, podéis mejorar la nota respondiendo a las siguientes preguntas, aunque esta vez podréis hacerlo tanto aquí como en el aula virtual:
  1. ¿Qué tienen en común todas las historias intercaladas en este tramo de la obra?
  2. ¿Qué tiene de diferente la batalla de los cueros de vino (cap. XXXV)? ¿Quién alucina verdaderamente en ella?
  3. ¿Mantendrías la opinión tan alta que tiene don Quijote sobre la guerra, las batallas y los hombres de armas que explica en el cap. XXXVIII? ¿Por qué?
  4. ¿Qué te llama la atención de lo que ocurre en el cap. XLV y cómo se cuenta?
Discurso que hizo don Quijote de las armas y las letras (1884) Óleo sobre lienzo, 152 x 197 cm. Propiedad del Museo del Prado. Depositado en el Museo de Ciudad Real. Obra de Manuel García, Hispaleto (1836-1898). 

viernes, 3 de febrero de 2012

Poesía del montón

   Como en clase no nos da tiempo a tratar estos temas, aprovecho para incorporar aquí, para el que guste, dos poemas de Wislawa Szymborska, una de las poetas más importantes de la segunda mitad del s. XX. Ha muerto esta semana, pero los medios de comunicación no le han dado tanta importancia como a una curiosa y borrosa jugada de cierto partido. Un recuerdo suyo y una pequeña antología.

UNA DEL MONTÓN
Soy la que soy.
Casualidad inconcebible
como todas las casualidades.

Otros antepasados
podrían haber sido los míos
y yo habría abandonado
otro nido,
o me habría arrastrado cubierta de escamas
de debajo de algún árbol.

En el vestuario de la naturaleza
hay muchos trajes.
Traje de araña, de gaviota, de ratón de monte.
Cada uno, como hecho a la medida,
se lleva dócilmente
hasta que se hace tiras.

Yo tampoco he elegido,
pero no me quejo.
Pude haber sido alguien
mucho menos individuo.
Parte de un banco de peces, de un hormiguero, de un enjambre,
partícula del paisaje sacudida por el viento.

Alguien mucho menos feliz,
criado para un abrigo de pieles
o para una mesa navideña,
algo que se mueve bajo un cristal de microscopio.

Árbol clavado en la tierra,
al que se aproxima un incendio.

Hierba arrollada
por el correr de incomprensibles sucesos.

Un tipo de mala estrella
que para algunos brilla.

¿Y si despertara miedo en la gente,
o sólo asco,
o sólo compasión?

¿Y si hubiera nacido
no en la tribu debida
y se cerraran ante mí los caminos?

El destino, hasta ahora,
ha sido benévolo conmigo.

Pudo no haberme sido dado
recordar buenos momentos.

Se me pudo haber privado
de la tendencia a comparar.
Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
lo que habría significado
ser alguien completamente diferente.

Versión de Gerardo Beltrán


LA REALIDAD EXIGE...

La realidad exige
que lo digamos bien claro:
la vida sigue su curso.
Sucede así en Cannas y en Borodinó,
en los llanos de Kosovo y en Guernica.

Hay una gasolinera
en una pequeña plaza de Jericó,
hay bancos recién pintados
cerca de Bila Hora.
Las cartas van y vienen
entre Pearl Harbor y Hastings,
pasa un camión de muebles
bajo la mirada del león de Queronea
y solo un frente atmosférico amenaza
los florecientes jardines cercanos a Verdún.

Hay tanto de Todo
que lo que hay de Nada queda muy bien cubierto.
De los yates de Accio
llega la música
y en la cubierta, al sol, bailan las parejas.

Pasan siempre tantas cosas
Que seguro tienen que pasar en todas partes.
Donde hay piedra sobre piedra
hay un carro de helados
cercado por los niños.

Donde estaba Hiroshima
de nuevo está Hiroshima
y se siguen produciendo
objetos de uso cotidiano.

No le faltan encantos a este hermoso mundo
ni tampoco amaneceres
para los que merece la pena despertar.

En los campos de Macejowice
La hierba es verde,
y en la hierba, como pasa en la hierba,
la escarcha, transparente.

Quizá no haya un lugar que no haya sido un campo de batalla,
los aún recordados,
los hoy ya olvidados,
bosques de cedros y bosques de abedules,
nieves y arenas, pantanos irisados
y barrancos de negro fracaso
donde en caso de urgencia
satisfacemos ahora nuestras necesidades.

Qué moraleja sale de todo esto: parece que ninguna.
Lo que de verdad sale es la sangre que seca rápida
y siempre algunos ríos, algunas nubes.

En esos desfiladeros trágicos
el viento se lleva los sombreros,
y es inevitable:
la imagen nos da risa.

De "Fin y principio" 1993
Versión de Abel Murcia

miércoles, 1 de febrero de 2012

Lío en Sierra Morena

   Para la siguiente sesión de lectura del Quijote debéis traer leídos (y anotados) los capítulos XXI-XXVIII (ambos incluidos). Recuerdo que será el día 9 de febrero (1ºB) y 10 (1ºA). 
   Si bien los primeros capítulos siguen el mismo modelo de los anteriores (Don Quijote y Sancho se encuentran gente por el camino) a partir del XXIII la novela cambia de ambiente, al igual que la estructura de los capítulos. De los caminos polvorientos de La Mancha, se pasa al paisaje boscoso de la vertiente andaluza de Sierra Morena (que tantas veces había atravesado Cervantes en sus penosos viajes de trabajo). Podéis imaginarlo así:


   Por otro lado, la acción pasa a ser más lenta y se "suspenden" por un tiempo las aventuras andantes para dar paso a, como diría el narrador, ciertos hechos curiosos, jamás vistos ni oídos:
  • La parodia de la penitencia de amor de Don Quijote, que imita a los caballeros de los libros, esta vez sin alucinaciones.
  • La historia refinada de los amores de Cardenio y Luscinda, en el que se incluye también Dorotea, a la que encuentran después (cap. XXVIII).
   Hay que destacar que este cambio de estructura se basa en dos nuevos recursos de la novela (a Cervantes se le van ocurriendo cosas que la van transformando sobre la marcha):
  •  La aparición de más personajes importantes o, por lo menos, unos secundarios mucho menos simples. Estos se mantienen durante varios capítulos e incluso avanzarán con el argumento de la novela: Cardenio, Dorotea, el cura y el barbero (desde aquí al final Sancho y Don Quijote no andarán solos).
  • La división de la acción: Don Quijote "desaparece" desde el principio del cap. XXVI y la historia pasa a ser de Sancho, el cura... Luego estas acciones volverán a turnarse y unirse.
   Debe prestarse especial atención a los capítulos XXII y XXV. Al primero, porque es un episodio diferente a los anteriores, en el que Don Quijote no sufre alucinaciones, sino que actúa conforme a la realidad de su época (el equívoco es que lo hace con códigos del pasado). Cervantes, además, revela aquí que su talento destaca precismente cuando se acerca a los bajos fondos de su sociedad. Al segundo, porque su mayor tamaño y complejidad encierran varias cuestiones interesantes sobra la obra en general: la desaparición del burro de Sancho (que al narrador se le ha pasado contarnos), la parodia directa de los libros de caballerías (véase la carta) y las referencias concretas a Dulcinea.
   Podéis comentar esta parte de la novela según lo indicado en alguna de las siguientes cuestiones (recuerdo que vale puntos):
  1. ¿Qué resulta diferente de la aventura de los galeotes (cap XXII) con respecto a las anteriores? ¿Por qué su final puede resultar más amargo?
  2. La historia de Cardenio, Luscinda y Dorotea se encuentra repartida en varios capítulos. Se para y sigue. ¿No es extraña esta disposición? ¿Por qué lo habrá hecho así el autor? ¿Te recuerda a alguna otra historia?
  3. ¿En qué consiste el contraste (humorístico, por supuesto) entre las referencias a Dulcinea que hacen tanto Don Quijote como Sancho cuando se da cuenta de quién es?
  4. En el capítulo XXVI el cura y el barbero se burlan de la ingenuidad de Sancho al creer a su amo, pero el plan que se les ocurre a ellos para llevarlo a casa requiere seguirle la corriente y urdir una ficción caballeresca. ¿No es paradójico? ¿No es también ingenuo?