jueves, 5 de junio de 2014

Ángel González y el hip-hop

   No creo que los caminos del señor sean inescrutables, pero los de la poesía a veces resultan sorprendentes. Hoy algunos alumnos de 4º de ESO reconocieron un poema de Ángel González que estábamos leyendo. ¿Cómo es posible? ¿Tanto leen? ¿Tanto les gusta la poesía?
   Lección aprendida del maestro: la poesía no está solo en los libros y, por supuesto, no todo lo que aparece en los libros es poesía. Algunos versos del poema aparecen en esta canción. E incluso pudiera ser que toda ella no fuera más que su glosa. Resulta extraño. Ahí están, las eternas y cambiantes formas de lo mismo. Tal vez la mayor enseñanza sobre el arte que se pueda aprender.
   Os merecéis algo más que una buena nota. Gracias, rapaces.



Meriendo algunas tardes:
no todas tienen pulpa comestible.

Si estoy junto a la mar
muerdo primero los acantilados.
Luego las nubes cárdenas y el cielo
–escupo las gaviotas–,
y para postre dejo las bañistas
jugando a la pelota y despeinadas.

Si estoy en la ciudad
meriendo tarde a secas:
mastico lentamente los minutos
—tras haberles quitado las espinas—
y cuando se me acaban
me voy rumiando sombras,
rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta.


Ángel González

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